El sábado 24 de octubre, un grupo de hombres armados atacó la Academia Bilingüe Internacional Madre Francisca en Kumba, en la región suroeste de Camerún, dejando un saldo de ocho niños muertos y doce heridos, según informes locales, las víctimas tenían entre 12 y 14 años.
El Secretario General de las Naciones Unidas condenó enérgicamente la agresión y pidió a las autoridades camerunesas que emprendan una investigación exhaustiva para garantizar que los responsables rindan cuentas.
“El ataque es otro inquietante recordatorio del alto precio que pagan los civiles, incluidos los niños, muchos de los cuales han sido privados de su derecho a la educación”, apuntó António Guterres en un comunicado en el que también recordó que los ataques a las instalaciones educativas “son una grave violación de los derechos del niño”.
El titular de la ONU instó a todos los actores armados a que se abstengan de atacar a la población civil y a que respeten el derecho internacional humanitario y las leyes internacionales de derechos humanos.
Del mismo modo, conminó a las partes a responder a su llamado a un alto el fuego global, reiterando la disposición de las Naciones Unidas para apoyar un proceso de diálogo inclusivo que conduzca a una resolución de la crisis en las regiones noroccidental y sudoccidental de Camerún.
Las escuelas deben ser sitios seguros
La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se sumó al repudio enérgico al ataque y subrayó que el de Camerún no fue el único incidente violento contra una escuela, sino que hubo otro en la capital afgana, Kabul.
“Este ha sido un fin de semana mortal para los estudiantes en Afganistán y Camerún”, recalcó Henrietta Fore.
“Estoy consternada e indignada por estos abominables asaltos y los condeno en los términos más enérgicos. Los ataques a la educación son una grave violación de los derechos de los niños”, enfatizó Fore, y agregó que las escuelas deben ser lugares seguros de aprendizaje, no “trampas mortales”.
Para el coordinador humanitario de la ONU en Camerún, Matthias Z. Naab, la embestida constituye la peor atrocidad desde la reanudación del año escolar el pasado 5 de octubre, cuando se matricularon más estudiantes en las regiones noroeste y suroeste que en los últimos años.
Los disturbios en algunas partes de Camerún han afectado la inscripción escolar y el acceso a la educación.
“Los niños tienen derecho a la educación. La violencia contra las escuelas y los estudiantes inocentes no es aceptable bajo ninguna circunstancia y puede constituir un crimen de lesa humanidad”, advirtió Naab.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha proporcionado suministros médicos al hospital local y la ONG Médicos sin Fronteras(MSF) ayuda con suministros y personal sanitario.
La ONU continuará apoyando los esfuerzos del gobierno y las ONG para brindar la asistencia médica necesaria a los heridos, indicó el coordinador humanitario.