
El virus SARS-CoV-2, que causa la COVID-19, ha causado un gran impacto en la salud humana en todo el mundo: ha infectado a un gran número de personas; ha causado formas graves de enfermedad y secuelas en la salud a largo plazo; ha provocado defunciones y un exceso de mortalidad, en particular entre las poblaciones de edad y vulnerables; ha afectado a los servicios de salud habituales; ha perturbado los viajes, el comercio, la enseñanza y otras muchas actividades sociales; y, en general, ha tenido repercusiones negativas en la salud física y mental de las poblaciones. Desde el comienzo de esta pandemia, la OMS ha recibido varios informes de problemas inusuales de salud pública que podrían deberse a variantes del SARS-CoV-2. La Organización evalúa regularmente si la capacidad de transmisión y el cuadro clínico y la gravedad de los síntomas que causa alguna de estas variante son distintos, o si afectan a las medidas empleadas para combatirlo, como los medios de diagnóstico, los tratamientos y las vacunas. La variante D614G ya notificada y los recientes informes sobre variantes del virus en Dinamarca, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Sudáfrica han suscitado interés y preocupación por los efectos de estas transformaciones del virus.
A finales de enero o principios de febrero de 2020 apareció una variante del SARS-CoV-2 con una sustitución D614G en el gen que codifica su proteína S. En el transcurso varios meses, acabó sustituyendo al virus inicial detectado en China y, en junio de 2020, se convirtió la variante preponderante en todo el mundo. Los estudios realizados en células respiratorias humanas y en modelos animales han demostrado que, en comparación con el virus original, el que presenta la sustitución D614G es más infeccioso y transmisible, si bien causa síntomas de menor gravedad y no merma la eficacia de los medios de diagnóstico en laboratorio, los tratamientos, las vacunas o las medidas preventivas de salud pública existentes.
En agosto y septiembre de 2020 se identificó en Jutlandia del Norte (Dinamarca) una variante del SARS-CoV-2 que se o transmitía entre visones de granja y, posteriormente, al ser humano. Esta variante, denominada «cluster 5» por las autoridades danesas, presenta una combinación de mutaciones inédita. En los estudios preliminares realizados en ese país se ha expresado preocupación por la posibilidad de que la neutralización del virus se va afectada en los seres humanos, lo cual limitaría el alcance y la duración de la protección inmunológica tras la infección natural o la vacunación. Se está investigando la neutralización de esta variante en el ser humano. Tras las extensas actividades de investigación y vigilancia efectuadas hasta la fecha, las autoridades danesas han registrado solo 12 casos humanos de la variante «cluster 5» que se remontan a septiembre de 2020, y la propagación de esta variante parece limitada.
El 14 de diciembre de 2020, las autoridades del Reino Unido notificaron a la OMS una variante, que designaron como SARS-CoV-2 VOC 202012/01 (por las siglas en inglés de «variante en investigación, año 2020, mes 12, variante 01»), con 23 sustituciones de nucleótidos y no relacionada filogenéticamente con el SARS-CoV-2 que circulaba en el país en el momento en que fue detectada. No se conocen con claridad ni la fuente ni el modo en que surgió inicialmente. El SARS-CoV-2 VOC 202012/01 se detectó por primera vez en el sudeste de Inglaterra, pero en pocas semanas fue desplazando gradualmente a otros linajes del virus en esa zona y en Londres. El 26 de diciembre de 2020, esta variante se encontró tras un muestreo sistemático y un análisis genómico efectuado en todo el país. De acuerdo con los primeros resultados de los estudios epidemiológicos, de modelización, filogenéticos y clínicos, la transmisibilidad del SARS-CoV-2 VOC 202012/01 es más alta que la del virus original, pero esta variante no es más virulenta (de acuerdo con la duración de la hospitalización y la tasa de letalidad a los 28 días) y la tasa de reinfección no es mayor que la de otras variantes del SARS-CoV-2 que circulan en el Reino Unido.1 Por otra parte, se ha demostrado que la deleción en las posiciones 69/70, otra mutación presente en la variante VOC 202012/01, afecta a la sensibilidad de algunas pruebas PCR diagnósticas que utilizan como diana en el gen de la proteína S. No obstante, la mayoría de las PCR empleadas en el mundo utilizan varias dianas y, por lo tanto, no se prevén efectos significativos en la capacidad para diagnosticar a infección. De acuerdo con las evaluaciones realizadas en laboratorios, el rendimiento de los inmunoensayos de flujo lateral para detectar antígenos del SARS-CoV-2 no se ve afectado significativamente. Al 30 de diciembre, otros 31 países, territorios o zonas de cinco de las seis regiones de la OMS habían notificado la variante VOC 202012/01.
El 18 de diciembre, las autoridades sudafricanas anunciaron que habían detectado una nueva variante del SARS-CoV-2 que se está propagando rápidamente en tres provincias del país. Sudáfrica ha denominado a esta variante 501Y.V2 porque el virus presenta la mutación N501Y. Aunque la variante VOC 202012/01 también presenta esta misma mutación, los análisis filogenéticos indican que la variante sudafricana no es la misma que la británica. Durante la semana del 16 de noviembre, la secuenciación sistemática llevada a cabo por las autoridades sanitarias sudafricanas reveló que esta nueva variante ha sustituido en gran medida a los demás virus SARS-CoV-2 que circulan en las provincias de Eastern Cape, Western Cape y KwaZulu-Natal. Aunque los datos genómicos demuestran que la variante 501Y.V2 ha desplazado rápidamente a los demás linajes que circulan en ese país y los estudios preliminares apuntan a que está asociada con una mayor carga vírica —lo que hace pensar que tiene más capacidad para transmitirse—, se continúan estudiando estos y otros factores que puedan afectar a esa capacidad. Además, por el momento no se ha demostrado con claridad que esta nueva variante ocasione síntomas más graves o resultados más adversos, y es preciso seguir investigando para conocer sus efectos en la transmisión, la gravedad clínica de la infección, el diagnóstico en el laboratorio, los tratamientos, las vacunas y las medidas preventivas de salud pública que se apliquen. Al 30 de diciembre, otros cuatro países habían notificado la variante 501Y.V2 sudafricana.
Respuesta de salud pública
Las autoridades de los países afectados están efectuando investigaciones epidemiológicas y virológicas para evaluar con mayor precisión la capacidad de transmisión, la gravedad, el riesgo de reinfección y la respuesta de los anticuerpos a las nuevas variantes. Dado que la mutación N501Y presente en las variantes VOC 202012/01 y 501Y.V2 se encuentra en el dominio de fijación al receptor, las autoridades están estudiando la actividad neutralizante de los sueros de los pacientes curados o vacunados contra estas variantes para determinar si el rendimiento de la vacuna se ve afectado. Estas investigaciones todavía se están llevando a cabo.
Las autoridades nacionales han enviado datos genómicos de las variantes VOC 202012/01 y 501Y.V2, que se han publicado en la plataforma de la Iniciativa mundial para el intercambio de datos sobre la gripe aviar (GISAID), y en todo el mundo se continúa realizando una vigilancia genómica del virus.
Se han puesto en marcha las actividades siguientes:
- Las autoridades nacionales que han notificado variantes del virus están intensificando la toma de muestras para conocer el grado de su circulación.
- Los equipos científicos de los países están estudiando el efecto de las mutaciones en el potencial de reinfección, la vacunación, las pruebas diagnósticas, la gravedad de la infección y la capacidad de transmisión.
- Los investigadores y las autoridades gubernamentales colaboran con la OMS y los miembros del grupo de trabajo de la OMS sobre la evolución del SARS-CoV-2 para evaluar los datos epidemiológicos, de modelización, filogenéticos y de laboratorio a medida que se dispone de ellos.
- La OMS colabora con los países para determinar de qué manera se pueden reforzar o adaptar los actuales sistemas de vigilancia a fin de evaluar las posibles variaciones del virus mediante la vigilancia clínica y epidemiológica sistemática y continua, la creación de capacidad en materia de secuenciación genética (cuando sea posible) y el acceso a servicios internacionales donde enviar muestras para su secuenciación y su análisis filogenético.
- Se han incrementado las actividades de comunicación de riesgos y de movilización comunitaria para explicar las consecuencias para la salud pública de las variantes del SARS-CoV-2 y subrayar la importancia de mantener las medidas que prevengan su transmisión, como el uso de mascarillas, la higiene de las manos y la prácticas correctas para toser, el mantenimiento de la distancia física, la ventilación suficiente de los espacios cerrados y la evitación de los lugares concurridos.
Como parte de la red mundial de laboratorios de la OMS que estudian el SARS-CoV-2, del cual hace un seguimiento de las mutaciones detectadas desde el comienzo de la pandemia, en junio de 2020 se estableció el Grupo de trabajo de la OMS sobre la evolución del virus SARS-CoV-2 integrado por expertos en secuenciación, bioinformática y pruebas de laboratorio in vivo e in vitro. Este grupo se encarga de: 1) reforzar los mecanismos para detectar mutaciones que puedan ser importantes y, si es necesario, establecer un orden de prioridad entre ellas; 2) detectar rápidamente las mutaciones importantes e investigar sus posibles efectos en las características del virus (por ejemplo, en su virulencia y su transmisión) y en la eficacia de las medidas actuales y futuras para combatirlo (como los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos); 3) evaluar las posibles estrategias de mitigación para reducir los efectos negativos de las mutaciones; y 4) estudiar el impacto de mutaciones específicas, lo cual entraña estudiar las variantes en el laboratorio, in vivo e in vitro. El intercambio de secuencias completas del genoma está facilitando que los asociados realicen análisis pormenorizados. El Grupo de trabajo colabora con científicos de todo el mundo que cuentan con una amplia gama de conocimientos especializados en virología en general, y específicamente, en coronavirus, con objeto de comprender mejor los resultados de los estudios y contribuir a proseguir las investigaciones.
Evaluación del riesgo por la OMS
Todos los virus, incluido el SARS-CoV-2, evolucionan con el tiempo, la mayoría de las veces sin que ello les confiera ventajas directas como un aumento de la infecciosidad o la transmisibilidad y, a veces, limitando su propagación (véanse las preguntas y respuestas sobre la COVID-19 y otros temas de salud relacionados). Puesto que el potencial de mutación de los virus aumenta con la frecuencia de las infecciones humanas y animales, la reducción de la transmisión del SARS-CoV-2 mediante métodos de eficacia demostrada para luchar contra las enfermedades y la prevención de la introducción de virus en las poblaciones animales son aspectos fundamentales de la estrategia mundial para reducir la aparición de mutaciones que puedan tener consecuencias negativas para la salud pública.
Los datos preliminares indican que el ritmo de crecimiento y el número de reproducción efectivo son elevados en las zonas del Reino Unido donde circula la nueva variante VOC-202012/01. En Sudáfrica, los datos genómicos han demostrado que la variante 501Y.V2 ha desplazado rápidamente a otros linajes en circulación, y los estudios preliminares apuntan a que esta variante va asociada a una carga vírica más elevada, lo cual hace pensar que su transmisibilidad puede ser mayor; sin embargo, todavía se están investigando estos y otros factores que afectan a la transmisibilidad. Se están llevando a cabo estudios epidemiológicos para conocer la razón del creciente número de casos en esas comunidades y la posibilidad de que esas variantes sean más transmisibles, así como el grado de aplicación de las medidas de control. De acuerdo con las evaluaciones iniciales, las variantes 202012/01 y 501Y.V2 no alteran el cuadro clínico ni la gravedad de la enfermedad, pero incrementan la incidencia de los casos y, por ende, también podrían hacerlo las hospitalizaciones y las defunciones. Puede ser necesario intensificar las medidas de salud pública para contener la transmisión de estas variantes.
Es necesario continuar investigando para determinar los efectos de determinadas mutaciones en las propiedades del virus y en la eficacia de los medios de diagnóstico, los tratamientos y las vacunas, si bien estos estudios, que ya se han puesto en marcha, son complejos y requieren tiempo y colaboración entre diferentes grupos de investigadores.
Recomendaciones de la OMS
Las autoridades nacionales y locales deberían seguir reforzando las actividades actuales de lucha contra la COVID-19, como la vigilancia epidemiológica continua y la realización estratégica de pruebas de detección; la investigación de los brotes y el rastreo de los contactos y, cuando sea necesario la adaptación de las medidas sociales y de salud pública para reducir la transmisión del SARS-CoV-2.
Asimismo, la OMS recomienda a los países que, cuando sea posible, aumenten la secuenciación sistemática de este virus para conocer mejor su transmisión y controlar la aparición de variantes. Los datos de las secuencias deben difundirse a nivel internacional en bases de datos de acceso público. En cuanto a los países con capacidad de secuenciación, la OMS recomienda que secuencien las muestras aisladas de un subconjunto de casos de infección por SARS-CoV-2 seleccionadas sistemáticamente, cuyo número dependerá de la capacidad local. También se debe contemplar la secuenciación genética al estudiar pautas inusuales de transmisión (por ejemplo, un aumento de la transmisión a pesar de las medidas de control existentes) o una gravedad o un cuadro clínico inesperados de la enfermedad. Si la capacidad de secuenciación es limitada, los países deberían aumentarla colaborando con laboratorios de secuenciación públicos, universitarios y privados y con los laboratorios colaboradores de la red de laboratorios de referencia para la COVID-19..
El SARS-CoV-2 seguirá mutando y es importante seguir estudiando las consecuencias para la salud pública de sus nuevas variantes, puesto que un aumento de la transmisibilidad podría dificultar la lucha contra el virus. Las medidas actuales de control de la COVID-19 recomendadas por la OMS siguen siendo eficaces y deben adaptarse en caso de que aumente la incidencia de la enfermedad, esté o no asociado dicho aumento a una nueva variante.
con la prevención, en particular precauciones Por otra parte, es necesario seguir transmitiendo a la población consejos relacionados para protegerse a sí mismo y a los demás, como el distanciamiento físico, el uso de mascarillas, la ventilación adecuada de los espacios cerrados, la evitación de las multitudes, la higiene de las manos y la precaución de toser en la flexura del codo o en un pañuelo. Además, deben reforzarse las orientaciones y medidas de lucha antiinfecciosa entre ellas:
- utilizar el equipo de protección personal adecuado cuando se atienda a personas con enfermedades respiratorias agudas;
- lavarse las manos con frecuencia, especialmente después del contacto directo con personas enfermas o su entorno;
- cubrirse la nariz y la boca con pañuelos desechables o ropa al estornudar o toser, y lavarse las manos;
- mejorar las prácticas habituales de lucha antiinfecciosa en los hospitales, sobre todo en los servicios de urgencias;
- usar una mascarilla en caso necesario, asegurarse de que haya una buena ventilación siempre que sea posible y evitar las zonas concurridas.
La OMS ha publicado recientemente las orientaciones provisionales «Considerations for implementing a risk-based approach to international travel in the context of COVID-19 «, (Aspectos que se deben tener en cuenta para aplicar criterios basados en riesgos a los viajes internacionales en el contexto de la COVID-19), en las que se recomiendan los siguientes principios para las personas que hayan de efectuar dichos desplazamientos:
- los casos confirmados, probables y presuntos, así como los contactos de los casos confirmados o probables, no deben viajar;
- las personas con signos o síntomas indicativos de COVID-19 no deben viajar a menos que se hayan sometido a una prueba diagnóstica de esta enfermedad y se haya descartado la infección por el SARS-CoV-2;
- las personas que no se sientan bien han de postergar el viaje;
- también deben posponer su viaje las personas que corran riesgo de sufrir síntomas graves en caso de presentar COVID-19, incluidas las personas de 60 años de edad o más y las que padecen enfermedades que aumenten dicho riesgo (por ejemplo, enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes);
- en función de las restricciones locales, las personas que residan en zonas donde se hayan impuesto restricciones a los viajes no deben realizar desplazamientos que no sean esenciales;
- los viajeros que presenten síntomas de enfermedad respiratoria aguda durante o después del viaje deben procurarse atención médica y comunicar los viajes efectuados a los profesionales de salud.
Las autoridades sanitarias deben colaborar con los sectores de los viajes, el transporte y el turismo para proporcionar a las personas que viajan, incluso a los países afectados por las nuevas variantes y desde ellos, la información mencionada, a través de los centros de salud para viajeros, las agencias de viajes y los transportistas, y en los puntos de entrada; también se debe facilitar esta información a las comunidades que vivan en zonas contiguas a las fronteras terrestres con países afectados.
Estas orientaciones provisionales también ofrecen a los países criterios basados en los riesgos para adoptar decisiones relativas a las medidas de mitigación de riesgos en los viajes internacionales, teniendo en cuenta tanto la necesidad de evitar la exportación, la importación y la transmisión del SARS-CoV-2 y los obstáculos innecesarios al tránsito internacional. Algunos países han impuesto recientemente restricciones a los viajes como medida de precaución frente a la aparición de nuevas variantes. La OMS recomienda que todos los países adopten un enfoque basado en los riesgos para adaptar cualquier medida en el contexto de los viajes internacionales, que incluya considerar la transmisión local, la capacidad de los servicios de salud, los datos disponibles sobre la transmisibilidad de las distintas variantes, las repercusiones sociales y económicas de las restricciones y el grado de cumplimiento de las medidas sociales y de salud pública. Las autoridades nacionales deben hacer públicos los métodos que empleen para evaluar los riesgos y la lista de países o zonas de salida a los que se aplican restricciones, y actualizar periódicamente esta información.
De conformidad con la recomendación del Comité de Emergencia sobre el COVID-19 en su reunión más reciente, la OMS aconseja que los Estados Partes que revisen con regularidad las medidas aplicadas a los viajes internacionales, de conformidad con el artículo 43 del Reglamento Sanitario Internacional (2005), y que sigan brindando información y justificaciones a la OMS de las medidas que obstaculicen considerablemente el tránsito internacional. Además, se deben asegurar de que las medidas que afecten al tránsito internacional se basen en los riesgos y en datos probatorios, que sean coherentes y proporcionadas y que se apliquen durante plazos definidos.
En todas las circunstancias, siempre se debería dar prioridad a los viajes que resulten esenciales (por ejemplo, el personal de respuesta a las emergencias y el que presta apoyo técnico a los servicios de salud pública, los trabajadores esenciales de los sectores del transporte y la seguridad, como los marineros; las repatriaciones y el transporte de bienes esenciales como alimentos, medicamentos y combustibles), según determinen los países; esos viajes se deben facilitar.
Para más información sobre la COVID-19, sírvase consultar las fuentes siguientes:
1 Public Health England. Investigation of novel SARS-CoV-2 variant, Variant of Concern 202012/01 Technical briefing 2– 28 December 2020. PHE: London;2020