El Secretario General de las Naciones Unidas reiteró este viernes que no cree que haya una conflagración en Europa; sin embargo alertó de lo catastrófico que sería una conflagración si llegara a suceder.
António Guterres participó en la apertura de la Conferencia sobre Seguridad que se celebra en Munich, Alemania, donde expresó profunda preocupación por el aumento de las tensiones y el aumento de las especulaciones sobre un conflicto militar en Europa dada la concentración de fuerzas rusas alrededor de Ucrania.
“No hay alternativa a la diplomacia. Todas las cuestiones, incluidas las más difíciles, deben abordarse a través de marcos diplomáticos. Y ya es hora de distender verdaderamente la situación”, insistió Guterres a los líderes mundiales y ministros que se dieron cita en el cónclave.
Asimismo, instó a todas las partes a ser extremadamente cuidadosas con su retórica. “Las declaraciones públicas deben apuntar a reducir las tensiones, no a inflamarlas”, enfatizó.
Informó también que el sistema de la ONU sigue operando en Ucrania, lo que incluye las tareas humanitarias en Donetsk y Lushansk.
Amenazas cada vez más complejas
Una vez más, afirmó que la amenaza a la seguridad global es mayor y más compleja que durante la Guerra Fría, cuando había mecanismos que permitían a los protagonistas calcular riesgos y utilizar canales secundarios para prevenir crisis.
“Hoy, muchos de esos sistemas ya no existen y la mayoría de las personas capacitadas para usarlos ya no están con nosotros. Por lo tanto, la falta de comunicación y los errores de cálculo pueden hacer que un incidente menor entre poderes se salga de control y cause un daño incalculable”, advirtió.
Aludió a la Carta de las Naciones Unidas como un pilar del derecho internacional que estipula que todos los Estados “resolverán sus controversias internacionales por medios pacíficos de manera que no se pongan en peligro la paz y la seguridad internacionales ni la justicia”, además de establecer que se abstendrán del uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier país.
Divisiones geopolíticas crecientes
Para Guterres, hay varios factores que vuelven al mundo más complejo, entre ellos las crecientes divisiones geopolíticas que a menudo paralizan al Consejo de Seguridad de la ONU y crean un ambiente de impunidad en el que los actores estatales y no estatales creen que pueden hacer lo que quieran.
“Las divisiones geopolíticas rara vez se resuelven, pero pueden y deben gestionarse”, dijo en este punto.
El titular de la ONU se refirió también a los conflictos en otros países, como Yemen o Libia, y deploró el ritmo al que prolifera este tipo de crisis, cada vez más internacionales, con el involucramiento de poderes regionales y mundiales, pero manifestadas como guerras civiles.
Guterres habló también de las tensiones y malestar social resultados del fracaso generalizado de los Estados a la hora de brindar servicios esenciales y responder a las aspiraciones de sus pueblos.
“Los golpes [de Estado]solían ocurrir una vez cada dos años. En 2022, es una vez cada dos semanas”, recalcó, calificando estos acontecimientos como síntoma y causa de la mayor imprevisibilidad y fragilidad del panorama mundial.
Se precisan respuestas de seguridad colectiva
En este contexto, pidió que las divisiones geopolíticas inextricables sean abordadas con “respuestas de seguridad colectiva más efectivas”, cuyo plan se describe en el documento Nuestra Agenda Común.
Con respecto a la amenaza del terrorismo, consideró insostenible la situación en algunos países africanos y afirmó que hacen falta operaciones de paz y antiterroristas africanas sólidas con mandato del Consejo de Seguridad de la ONU “en virtud del Capítulo VII de la Carta, y con una financiación estable y predecible”.
Amenazas no tradicionales
Los otros grandes peligros para la seguridad mundial son el aumento de la desigualdad, la crisis climática y la pandemia de COVID-19, señaló Guterres, llamando a todos los países a incrementar el apoyo a los países menos desarrollados como una inversión en la paz para todos.
Estas amenazas de seguridad “no tradicionales” requieren de impulsar soluciones ya trazadas, como la implementación del Acuerdo de París sobre el cambio climático, que busca limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC para fin de siglo; la estrategia mundial de vacunación de la Organización Mundial de la Salud, cuyo objetivo es vacunar contra el coronavirus al 70% de la población de todos los países para junio de este año; y la reforma financiera mundial, que permitiría a los países en desarrollo acceder a los recursos necesarios para atender a su población.
Antes de concluir, Guterres acotó que las amenazas a la seguridad también ponen en grave riesgo los derechos humanos y la democracia.
“Necesitamos un aumento de la diplomacia para la paz, un aumento de la voluntad política para la paz y un aumento de la inversión para la paz”, puntualizó el Secretario General.