Mohamed elogia la resiliencia de los estudiantes de Bali frente a la amenaza de los desastres

Con sus uniformes escolares rojos y mochilas en la cabeza para protegerse de los escombros, más de 200 estudiantes y maestros de la escuela primaria Tanjong Benoa en la isla indonesia de Bali subieron tranquilamente tres tramos de escaleras hasta la azotea de un hotel, cerca de sus aulas.

Afortunadamente, la alarma que los impulsó a evacuar fue solo un simulacro de práctica. Mientras siguieron la ruta de evacuación planificada, los estudiantes dijeron que se sentían seguros de poder responder de manera rápida y tranquila ante cualquier emergencia real.

“Se lo contaré  a mis padres y a mi familia, y haré todo lo posible para mantenerlos a salvo”, dijo la estudiante de cuarto grado, Ni Putu Anika Desintha Pradnyan Dewi, a la vicesecretaria general de la ONU, , tras el simulacro de terremoto y tsunami.

Estudiantes de una escuela en Bali durante un simulacro de evacuación por tsumani.

UNDRR/Antoine Tardy

Estudiantes de una escuela en Bali durante un simulacro de evacuación por tsumani.

Contándole al mundo

La vicesecretaria general se encuentra en Bali para participar en el  Foro de Partes Interesadas de la séptima Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres que se lleva a cabo este el miércoles. Prometió que cuando regrese a la sede de la ONU, «les contaría a los estudiantes en la ciudad de Nueva York el liderazgo que demostraron los estudiantes balineses durante el simulacro» y lo resistentes que son en general  los estudiantes en Bali.

Desarrollar la resiliencia de las comunidades y las naciones es un enfoque central de la agencia de la ONU y su Plataforma , la reunión más importante del mundo sobre la reducción del riesgo de desastres.

Para Indonesia, la nación anfitriona que se extiende con sus placas tectónicas en movimiento a ambos lados del volátil Borde de Fuego del Pacífico la resiliencia es un imperativo nacional.

Indonesia registró más de 3000 desastres en sus 17.000 islas en 2021, el equivalente a ocho  desastres por día. Los terremotos y tsunamis representan una amenaza particularmente grave para Indonesia.

En 2004, el tsunami del Océano Índico mató a unas 230.000 personas, la mayoría de ellas en la provincia de Aceh, en el oeste del país. Recientemente en 2018, el terremoto y el tsunami de Palu mataron a más de 4300 personas en Sulawesi.

La crisis que ha ocasionado el COVID-19 ha empequeñecido estos desastres. Sus consecuencias socioeconómicas perjudican desproporcionadamente a los jóvenes, las mujeres y las niñas; así como los pueblos indígenas y otras poblaciones vulnerables con mayor riesgo de quedarse atrásDesastres que afectan “todos los aspectos de la vida”

Es especialmente evidente en Bali que la recesión del turismo provocada por la pandemia provocó una pérdida generalizada de los medios de subsistencia y representa una amenaza a la seguridad alimentaria.

“Los impactos de la pandemia sirven como un recordatorio de cómo los desastres afectan todos los aspectos de la vida, desde la salud hasta la educación, el trabajo y los medios de subsistencia, la igualdad de género, la nutrición, la paz y la seguridad”, dijo la subdirectora de la ONU a una audiencia de funcionarios locales y líderes comunitarios en Bali.

“De hecho, los desastres plantean una gran amenaza para el logro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible.Tienen el potencial, en minutos y horas, de borrar los resultados de años y décadas de trabajo de desarrollo”.

Aunque los tsunamis y los terremotos pueden ser devastadores, la mayoría de los desastres fueron inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos, como deslizamientos de tierra e incendios forestales y terrestres que en 2012 causaron 665 muertos en Indonesia y desplazaron a más de ocho millones.

La creciente frecuencia y severidad de tales eventos es solo una consecuencia de la emergencia climática global.

Amina Mohammed se reúne con las estudiantes de la escuela primaria Tanjong Benoa en Bali, Indonesia.

UNDRR

Amina Mohammed se reúne con las estudiantes de la escuela primaria Tanjong Benoa en Bali, Indonesia.

Manglares desapareciendo

La reducción de los bosques de manglares es uno de los resultados que menos ha sido reportado del cambio climático. Los manglares pueden absorber  cuatro veces más carbono que las selvas tropicales. Pero también sirven como línea de defensa contra los tsunamis.

Tras el tsunami del Océano Índico de 2004, los estudios de campo en varios países afectados indicaron que los bosques de manglares habían desempeñado un papel crucial para salvar vidas humanas y propiedades.

Pero en todo el mundo, los manglares están siendo amenazados. Entre 1990 y 2020 las áreas de cobertura que representan los  manglares se redujeron en poco más de un millón de hectáreas, según la agencia de alimentos de la ONU.

Árboles para el futuro

En Bali, como parte de un programa más amplio de la Iniciativa para la reducción del riesgo y de desastres respaldada por el gobierno de Indonesia, la secretaria general adjunta de la ONU se unió a decenas de estudiantes para plantar manglares cerca de la capital provincial Denparsar. Esta iniciativa tiene como objetivo plantar 10 millones de árboles de mangle en las 34 provincias del país.

“Ustedes ya son líderes”, les dijo Amina Mohamed a los estudiantes indonesios que lideran la iniciativa local de plantación de árboles cerca de Denpasar, así que enseñen a los que vienen atrás de ustedes, enseñen a los que están delante de ustedes, especialmente a los líderes que no han hecho lo que deberían hacer por el medio ambiente. , para que puedan cumplir con los Acuerdo de París, para que puedan cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

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