En Namibia, una madre primeriza lleva a su comunidad el desarrollo en la primera infancia

En Namibia, una madre primeriza lleva a su comunidad el desarrollo en la primera infancia





Imagen del UNICEF
© UNICEF Namibia/2017/Mutseyekwa
Vivian Ndungati, sentada con una de las niñas a su cuidado, en el Centro para el desarrollo en la primera infancia de Masida. Vivian fundó el centro tras haber tenido a su primer hijo.


En la localidad de Masidi al noreste de Namibia, los padres que querían enviar a sus hijos a espacios dedicados al desarrollo en la primera infancia no tenían anteriormente la posibilidad de hacerlo. Pero en cuanto Vivian Ndungati tuvo su primer hijo, decidió fundar su propio centro para el cuidado y desarrollo infantil y desde entonces ha obtenido un enorme apoyo de su comunidad.

Por Tapuwa Loreen Mutseyekwa

LOCALIDAD DE MASIDA, 25 de abril de 2017 – El año 2013 fue un momento decisivo para Vivian Ndungati, que vive en la localidad de Masida, al noreste de la región de Zambezi en Namibia. A los 23 años, Vivian dio a luz su primer bebé y enseguida descubrió un gran deseo por ayudar a los niños y niñas a comenzar sus vidas con buen pie.

Provista únicamente de su entusiasmo y de un proyecto, Vivian utilizó la sombra de un enorme y frondoso árbol situado en medio del pueblo como ubicación de un centro para el desarrollo en la primera infancia. La apertura del centro también le supuso la oportunidad de obtener unos ingresos, ya que los padres pagan una cuota mensual de 20 dólares namibios (1,54 dólares estadounidenses) por cada uno de los niños o niñas que acuden al centro.

“La respuesta de la comunidad fue impresionante”, dice Vivian. “Era la primera vez que se ponía en marcha un centro de desarrollo en la primera infancia y los padres y madres dieron su apoyo”.

En poco tiempo le fueron confiados a su cuidado más de 89 niñas y niños, y la comunidad ayudó a construir un aula provisional con maderas y barro para protegerlos de la lluvia. Esta humilde estructura sirvió de acomodo a unos niños que, de no tenerla, no habrían recibido una base semejante de atención y desarrollo.






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Vivian, de pie, fuera del edificio que se utiliza como centro de desarrollo en la primera infancia. Su comunidad respaldó el proyecto y la ayudó a construir la estructura para que niñas y niños tuvieran un lugar seguro donde aprender y crecer.

Con el tiempo, en reconocimiento a su labor, un miembro de la comunidad construyó una estructura más sólida. En 2015 se incluía la educación preescolar en la escuela primaria, de manera que las clases de Vivian fueron más manejables. Ahora está a cargo de 16 niños, incluido el suyo propio.

“Me siento feliz de haber puesto en marcha un centro de desarrollo en la primera infancia donde se estimula diariamente, con juegos y actividades, a niñas y niños en un lugar seguro”, dice Vivian. Sin embargo, admite que para ofrecer a los niños unas oportunidades óptimas de aprendizaje, son necesarios más recursos. Mientras acuna a uno de los alumnos en su regazo, Vivian señala que no hay ningún lugar donde puedan dormir los niños, uno de los muchos obstáculos que aún está tratando de vencer en la gestión del centro.

El Ministerio de Igualdad de Género y Bienestar de la Infancia concede una retribución mensual de 1.500 dólares namibios (116 dólares estadounidenses) con el fin de ayudar a cuidadores de centros para el desarrollo en la primera infancia como Vivian, pero esta ayuda esporádica se ha considerado insuficiente. También ha resultado difícil captar a cuidadores cualificados. Dentro de unos pocos meses Vivian va a tener que tomarse un tiempo libre para dar a luz a su segundo bebé y no hay nadie en la comunidad dispuesto a sustituirla durante ese periodo.

Las dificultades que Vivian señala también se citan en una evaluación llevada a cabo recientemente, como parte de una agenda de UNICEF y de la oficina de la primera dama de Namibia para aportar al país más fondos a servicios integrales de ECD.

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La representante nacional de UNICEF y una funcionaria de la UE durante una visita al centro para el desarrollo en la primera infancia de Masida. Tras una reciente evaluación en la que se mostraban algunas de las deficiencias de los centros para el desarrollo del niño en la primera infancia, UNICEF trabaja para mejorar dichos centros en todo el país.

La evaluación de 2016 fue llevada a cabo en colaboración con el Ministerio de Igualdad de Género y Bienestar de la Infancia, y el de Educación, Artes y Cultura. En ella se muestra que en los 32 centros repartidos por toda Namibia existe la necesidad urgente de mantener y mejorar las estructuras físicas, los entornos educativos, los servicios de salud e higiene y el aporte nutricional de niñas y niños en los centros.

Muchos de estos centros carecen de servicios básicos, como letrinas y agua corriente, y más del 90% no ofrece ningún tipo de alimento a los niños.

“Esta evaluación nos ayuda a entender mejor la situación actual… y es un punto de partida esencial para mejorar la calidad de los recursos y el aprendizaje temprano en los centros de ECD de todo el país”, dijo la representante de UNICEF en Namibia, Micaela Marques de Sousa.

Lo que Vivian ha creado en Masida es verdaderamente una demonstración admirable del compromiso y la dedicación de las comunidades por mejorar las vidas de niñas y niños, incluso cuando los recursos son limitados.

Mientras Vivian en el centro da de comer o enseña a los niños a su cargo, unos antiguos alumnos pasan por allí de camino hacia sus casas procedentes de una escuela primaria cercana. Aunque ya se han graduado, siguen regresando para disfrutar un momento del ambiente de amistad, cariño y alegría que envuelve al centro de ECD de Masida.

















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